La escultura griega es profundamente

Más allá de las paradojas
Nacimiento: Siempre es de noche
Nacimiento: Declaraciones
Julio César Crivelli
EL AUTOR
Abogado recibido con diploma de honor en la Universidad del Salvador, especialista en temas de Infraestructura y Obra Pública.
Con independencia de esta actividad, mantuvo desde su época universitaria intereses en la mitología y en la historia. Cursó estudios de Mitología e Historia del pensamiento en New York University.
Colaboró con Enrique Pichón Riviere en el desarrollo de Seminarios sobre pensamiento de Hegel y con Roberto Yañez Cortes en trabajos de epistemología.
Actualmente es Consejero Consultivo de COAS y miembro del Comité Ejecutivo de la Fundación Atlas 1853.
Es coleccionista de arte e integra la Comisión Directiva de la Asociación Amigos del Museo de Bellas Artes.
Ha publicado numerosos artículos sobre su especialización profesional pero también sobre nuestra cultura en diversos medios, tales como: “El psicoanálisis y el espíritu de occidente”; “Moby Dick: El enigma del sexto día”; “Rescate (a 100 años del mingitorio de Duchamp)”; “Retratos en el Exilio”; “Sakai: Un viaje”.
En noviembre de 2008, presentó en la Biblioteca Nacional “La Huida” su primer libro de poemas.
El psicoanálisis y el espíritu de occidente.
Moby Dick: El enigma del sexto día.
Rescate (a 100 años del mingitorio de Duchamp).
Retratos en el Exilio.
  Sakai: Un viaje.
  Lord Byron
Desierto - Laberinto - Encierro - Exilio
" La Huída"
Libro de poemas / Ediciones del Dock.
Ampliar Información
Contacto
Julio César Crivelli
Links de Interés
Sociedad Argentina de Escritores
Se presentó el Miércoles 23 de Junio de 2010
en la Sociedad Argentina de Escritores.
"La Pasión y la Mirada"

La pasión es lo contrario a la acción. (La pasión de Jesucristo). Es un estado aparentemente pasivo. Pero alberga en sí el deseo, porque la pasión es también el apetito vehemente de algo o de alguien, la pasión de amor.

La mirada es nuestra primera referencia al Universo exterior e interior.

Desde que nos pusimos de pié, vimos el horizonte y el Mundo en su vastedad.
(el pié es la sede del alma en las mitologías. Edipo es el de los "pies inflamados" y Aquiles perece por una herida en el talón, igual que Quirón el centauro amigo de los hombres. Porque desde el pie se yergue el Hombre y erguido, mira el horizonte y se distancia del animal).

Y al mirar al otro, nacen la identidad y la alteridad.

La mirada del mundo produce admiración y terror.

La pasión y la mirada son coimplicantes. No hay mirada sin pasión ni pasión sin mirada. Y esta danza histórica genera el desarrollo infinito del Espíritu.

Yahve Dios, creado que fue Adán, modeló en arcilla todos los seres del Universo y le otorgó a Adán la facultad de ponerles un "nombre". Recordemos que Yahvé Dios creó con la palabra, nombrando.

Nacía así el objeto de la pasión y de la mirada: el dominio del universo exterior e interior mediante el sometimiento a las leyes del alma. (psyche).

Ese día, en el Paraíso nació la Ciencia que busca el sentido del universo y la Metafísica que indaga el sentido de la vida. Y la Matemática y el Arte y la Poesía.

Pero pocos párrafos después, ese Dios caprichoso e incomprensible nos expulsó del Paraíso, precisamente por intentar saber !!!.

Por eso nuestro destino es tratar de entender, de someter el mundo interior y exterior a las leyes de la conciencia, poniéndoles "Nombre " a las cosas, a imagen y semejanza de Yahvé en la Creación.

Aunque sepamos que esto es imposible. Que cada creencia en un Paraíso, merecerá su correlato de expulsión.

Que toda sabiduría no es sino el fruto transitorio de un espejismo, una ilusión, que no es vana, porque nos permite seguir en pié, mirando el horizonte, comprobando la existencia del alma y del yo, la dignidad de ser hombres, del Thymos como diría Platón.

Por eso la Filosofía, nuestra máxima ciencia, es solamente un modesto amor al saber, como nos enseñara Sócrates.

La sabiduría es un estado que se alcanza por muchos caminos distintos, la Religiosidad, la Ciencia, la Metafísica, las Matemáticas ( que son otra metafísica?) el Arte y otros rumbos innominados.

Jamás debe confundirse el camino con el resultado.

Muchos recorren los caminos y sólo algunos llegan.

Dice Hegel que la sabiduría es un "pistoletazo en la conciencia". Ya Heráclito nos hablaba de un "fuego" y de un "Rayo" ( To Kerannios).

Es un estado poético. Es lo más alto que nuestra naturaleza nos permite alcanzar.

Pero todos los caminos hacia la sabiduría parten de esa danza entre la mirada y la pasión.

El conocimiento (arte ) es el camino del espíritu que nace en las imágenes, es el camino de la Mirada, es la Pasión que estalla al ver, el impulso de entender partir de la contemplación simple del Mundo que aterroriza.

Es la organización de un mundo caótico según las leyes inexorables del tiempo y del espacio, que solo existen en nuestra conciencia.



Conjuro y Representación.

Desde el inicio, la mirada aterroriza. El terror es la pasión primordial frente al Mundo. Desde las cuevas de Altamira sabemos que la representación calma el terror. Allí nacen las artes plásticas y la geometría y las ciencias. Y también la Historia, que es una parte oculta de la poesía.

Conjuramos la Divinidad que no sabemos si existe y que no obstante, llevamos en el alma. La angustia de no saber el origen y la de no avizorar el destino.

Conjuramos una Voz del Cielo que nos ordena detenernos, a la vera del camino, una zarza ardiente, todopoderosa, que prohíbe toda representación.

Conjuramos con la religiosidad, con la metafísica y con la aritmética, con la música y con la poesía. Se conjura lo que no se vé, mejor dicho, lo que está prohibido ver, porque la mirada es hacia adentro.

Representamos las imágenes que nos trae la mirada aterradora del universo. Con la pintura y la escultura y con ese simulacro de mundo, la arquitectura.

Representando el mundo, lo detenemos, lo volvemos previsible y lo sometemos a la geometría, ese bálsamo de la conciencia.

Aprisionadas las imágenes, creemos que el movimiento ha cesado, que es pura ilusión, como heroicamente afirmó Parménides.

Reposa el alma en peligro, cuando también el mundo reposa.



Imágenes, miradas, pasiones e ilusiones.

La pasión que una cultura siente en su mirada del infinito y de la divinidad a la que teme y rinde culto, se desenvuelve en la existencia como conocimiento. (como Arte).

Toda la obra de Grecia Clásica refleja la pasión por la moderación, el terror al caos, la mirada ordenadora de lo concreto.

(En la Theomacchia del Partenon, los titanes que representan las fuerzas caóticas de la naturaleza, son sometidos por los Olímpicos presididos por Zeus el dios del rayo, el espíritu que ilumina.

Los Dioses griegos no tienen emociones, nada altera su equilibrio, ninguna pasión agita su estabilidad eterna.

Habitan en templos perfectos, de líneas rectas que desprecian el arco y la curva, (símbolos de la naturaleza).

Templos objeto, a los que no se entra, concebidos para ser mirados desde lejos, en su perfección distante.

Los números griegos, cuentan y miden, son factores del orden concreto, significan cantidades reales.

Los griegos descubren las fracciones periódicas y las desprecian, llamándolas números irracionales!!)

Más adelante, después de la derrota de Atenas en la guerra del Peloponeso, se derrumba la ilusión apolínea ( y la democracia y la pasión de la razón) y aparece un mundo misterioso e insondable.

Son los misterios de Eleusis, el mundo infernal de Orfeo, la venganza de los deseos exaltados que atropellan la razón, el trono de Dyonisos, que desplaza a la luz de Apollo.

Hay otro Dios, otra mirada y otro arte.

Esta naciendo un mundo mágico, lejano de la razón.

Un mundo del conjuro iconoclasta, distante de la representación.

Una mirada interior que excluye al mundo y su peligro desenfrenado y se refugia en la divinidad interior.
Cambia el eje de la pasión, que ya no anhela apaciguar el caos del mundo exterior, sino que prescindiendo de su dolor y angustia se refugia en lo recóndito del alma.

El infinito es ahora una esfera, ( ya no está Euclides, ni aquellas paralelas que se juntan en el infinito).

Nacen la gnosis, el judaísmo, el cristianismo, el islam.

La razón ya no es el camino hacia el espíritu. Ha sido reemplazada por el Misterio.

El Texto reemplaza a la imagen.

Los templos son esferas inscriptas en cubos, como Hagia Sofia, consagrada a algo tan abstracto e inasible como la Sabiduría de Dios.

Las imágenes ya no "representan" sino que "significan."

Como los mosaicos de los templos, que sirven para honrar a Dios.

El número mágico pierde la cantidad que es sólo un accidente.

Ha nacido, el álgebra, madre de la Cabala, una matemática sin cantidad que busca inútilmente desentrañar el secreto nombre de Dios, en las relaciones arcanas del Texto.

Todo un milenio debe transcurrir para que los judíos y los árabes de Córdoba rescaten a Aristóteles y a su mirada del mundo y del infinito.

Las catedrales se vuelven transparentes. Los vitrales reemplazan a los mosaicos. La luz de Dios que viene desde el infinito vuelve a iluminar a la razón que ya no teme.

El infinito griego, el caos que aterroriza, es reemplazado por el infinito de Occidente, que se fascina con su propia infinitud.

Occidente es una mirada de amor al infinito.

La mirada de la ciencia.

El fin de los templos que representan úteros.

Aparece la perspectiva natural en la pintura, las imágenes ya no son símbolos. Son representaciones de un mundo que debe ser amado y entendido.

La Gioconda concebida por un pintor que firma como ingeniero, es quizás la expresión más potente del sino de Occidente: la pasión por el infinito y por el conocimiento, la libertad de la ciencia.

El paisaje difuminado representa el infinito del espacio. Y en los ojos y la sonrisa esta el infinito del alma, la conciencia insondable.

La Gioconda es el programa: En su espacio exterior están los viajes de descubrimiento, hasta América y la China y las revelaciones de los astrónomos de Praga y las luchas de Galileo y de Giordano Bruno, por la libertad de las ciencias. Están los viajes al espacio exterior y los ejes cartesianos y la célebre expresión de la relatividad de la masa y la energía, que aún hoy sostienen nuestro mundo.

Pero es su mirada lo que más atrae: la mirada es un enigma que simboliza el infinito de la conciencia.

Occidente reanuda un viaje interior, un viaje del alma abandonado desde los tiempos de los griegos. Cervantes y Shakespeare, el Romanticismo y la oscura noche de los tiempos y Freud y la fundación del psicoanálisis.

Adónde reposa hoy la mirada? Adónde la pasión? Será que Occidente decae, como se profetiza desde su origen?

Será como recuerda Borges, que Occidente lleva la decadencia en su nombre? ( el Poniente, o Abendlandes, la tierra del atardecer)

Está naciendo un nuevo mundo, un Cybermundo de Internet?

En una noche de miedo y de espanto, los griegos descubrieron la razón, y se juramentaron para avanzar con el logos sobre el caos.

Paso a Paso, durante cinco siglos fundaron la Physis, la ciencia, y la Metafísica, aquella ciencia que tiene como objeto a la misma ciencia.

Los nombres han cambiado. Las preguntas siguen siendo las mismas.
Copyrigjht © 2010 - Julio César Crivelli - Todos los Derechos Reservados.